Pensamiento único o el fascismo sutil
Cada día pretenden vendernos la moto. Si, y no hablo ya de política, religión, terrorismo o economía, sino de todo eso junto: la música que nos hacen escuchar, queramos o no en las radios y televisiones. La política es protagonista precisamente por su ausencia. ¿Qué peligro pueden significar para el sistema haya el que haya- aberraciones como el reggaeton? ¿Por qué pretenden homogeneizarlo todo? Ya he hablado en más de una ocasión de lo latino.¿Por que se empeñan en meternos en ese piojoso saco? Lo malo del pensamiento único, es que tiene una oposición igual de única, que sumadas dan la superestructura única.
El ejemplo más representativo es el de nuestro amiguito Alejandro Sanz, Sánchez, Magno o como quieras que se llame. Si el pensamiento único neoliberal nos impone música en inglés, yankie, guerras en países pobres, la oposición alternativa nos ofrece este fenómeno de la naturaleza, junto a Bebe, Melendi o El Canto del Loco (pijos de toda la vida reconvertidos) y un largo etcétera de carencia de contenidos. Incluso al que no le gusta semejante caricato dice: bueno, pero tiene calidad. Si, una mierda, que por su olor, color y textura debería estar en el museo de los mojones de más alta calidad. Y es que es la venta de la burra. Ale, que vive en Mayami, compone música él mismo, se junta con los gusanos y es un joven de su tiempo, solidario, comprometido con las causas: lucha contra la pobreza, contra la piratería y contra el sida. Además es un padre como la copa de un pino y su mujer es una mujer muy moderna (y muy pija) con la que se casó en Thailandia, por el rito balinés. Su música es fusión del flamenco, del rock, del hip-hop, de los sones sudamericanos, lo que lo hace un abanderado del mestizaje. Sale en los 40, en la MTV con su amiga Shakira, con Miguel Bosé. Tiene premios Amigo y Grammies latinos. Pero todo es fachada. Alejandro, si tiene dos dedos de frente deseará la muerte en más de una ocasión. Sus canciones son vacías. Lugares comunes de la gran masa. Corazones partíos, emociones, letras más sobadas que la pipa de un indio. Su música cada vez más neutra, prefabricada por ingenieros de sonido, músicos de estudio, productores globalizadores. Su imagen cambia de disco a disco. Perillitas, casullas militares, pintas de malotes del rap. Antes era un producto teen, pero ahora es la gran esperanza blanca de la música española, con permiso de Nacho Cano, Joaquín Sabina o Andy y Lucas. Llena estadios con jovencitas y con familias modernas. (La asociación esa de la familia se equivoca de enemigo, los homosexuales no han matado a la familia tradicional, la han matado las parejas hombre-mujer de ahora, modernas, adoradores de la barba y los tintes, de Crónicas Marcianas y de las comedias románticas, domingueros del Carrefour. Así salen los hijos como salen después.). Se mantiene en un discreto segundo lugar, por que ser políticamente correcto, es lo que funciona. Solo sale a la palestra para salvar de la quema mediática al gran bailaor Farruquito (ese Fitipaldi caló). Está contra el racismo, ya se a los gitanos, cubanos o asesinos al volante. Un dia, la corrección política (una cosa tan americana), que en este país la han hecho suya no los naturales aliados de George W. Bush, sino la oposición al unitarismo, l@s progresist@s, nos matará a todos de aburrimiento y por altos contenidos de glucosa en sangre.
Con este compendio tan grande de virtudes solo nos queda decir ¡Viva Alejandro Sanz! ¡Viva el mal! ¡Viva el capital! Pero que guay, pero que guay es Alejandro Sanz. Y recuerden un poco de Magno, es mucho.
Para que Ale no cante Más
1 comentario
enigmas express -
Saludos.